7ª Prueba: 15 Octubre 2011 (Última prueba de este año)
Circuit Mora d'Ebre II (en sentido contrario al habitual)
Trazado: 1400 metros
Categoría: Promovelocitat 70cc
21 pilotos inscritos.
Piloto: Manel Bigordà #49
Entrenamientos cronometrados: 8º
Mejor tiempo en entrenos: 1:00,082
Mejor tiempo en carrera: 00:59,090 (2ª M)
1ª Manga: 7ª posición. 39 puntos.
2ª Manga: 12ª posición. 34 puntos. Mejor vuelta: 00:59,727
Clasificación final: 10º posición
Comentario de Manel Bigordà:
Esta era la última carrera del año, y para mí, después de cuatro años de participar en la Copa Promovelocitat y alrededor de 60 carreras en mi espalda (o en mi culo...), era mi última oportunidad en la Copa Catalana y quería terminar por todo lo alto.
Todo empezó regular, la moto no iba muy bien... problemas de velocidad punta…
Yo estaba con ganas de hacerlo bien y de poner de mi parte lo que le faltase a la moto...
Aunque iba al límite la moto ya no daba más, y yo ya no sabía qué hacer para poder estar delante, junto a los pilotos de cabeza de carrera. Hicimos los entrenos libres y los cronos, y yo iba poniendo el “máximo de mi”....
A la hora de la 1ª Manga, después de una pésima salida de parilla, en la primera curva ya me coloqué en el 9ª posición. Pasada la primera vuelta, noté que el motor de mi moto tenía fallos y en la recta me pasaban todos, e incluso en las curvas, no podía dar gas, por problemas de suspensiones, pero aguanté arriesgando todo lo que pude. La primera carrera, no fue tan mal, como era de esperar...
Ahora tocaba darlo todo en la segunda manga.
Después de salir igual de mal que la primera manga, me coloqué el 9º, y solo pasar la primera curva, en la recta exterior, me adelantaron 2 pilotos “de golpe”. A mí no me entraba en la cabeza lo que estaba pasando, pero bueno, la carrera continuaba. Todos los pilotos de delante se alejaban y los de atrás se acercaban (tal como me marcaba mi padre en la pizarra). El rendimiento de la moto estaba bajando por momentos… yo estaba apretando más que en la primera manga, pero como la moto iba tan mal, no podía ponerme a la altura de los de delante. A media carrera, la moto aún iba peor, y otro piloto me adelantó. Yo lo aguanté en las curvas, porque en la mitad de la recta lo perdía y como las dos rectas del circuito de Mora no son cortas... en las curvas conseguía adelantarlo arriesgándome a una caida. Por fin llegó la última vuelta, en esa vuelta me pegué todo lo que pude a su colín, para intentar adelantarlo saliendo de su rebufo, pero en una curva… se me fue la moto, y me tiró por los aires. Tenía la posición perdida, pero no la carrera. Me levanté rápidamente, cogí la moto, la arranqué sin ayuda (porque “los banderas” estaban como en cada carrera “mirando hacia otro lado”), y salí como un tiro, hacia la meta. A pesar de la caída solo perdí una posición, y pude acabar la carrera. Al acabar, no sabía qué hacer porque no lo entendía. Eso sí, mi padre, también vio que el motor no iba bien, y lo desmontó. Cuando llegó a la caja de láminas nos encontramos con un “regalo sorpresa de fin de temporada”: ¡Había una lámina partida por la mitad! Estuvimos hablando con varios mecánicos y nos dijeron: “una lámina partida, hace perder a la moto unos 2 caballos o más". Mi padre y yo nos quedamos paralizados, de cómo pude acabar la carrera en esas circunstancias, pero esto es el mundo de la competición, y a veces se gana y a veces se pierde.
Para el año que viene... másssssss... y mejor!






























